Isaías 40:28
El SEÑOR es el Dios eterno… No se cansa ni se fatiga… (NVI)
El SEÑOR es el Dios eterno… Él nunca se debilita ni se cansa… (NTV)
Estar exhaustos significa que nuestras fuerzas vitales se han agotado por completo. El agotamiento espiritual nunca es el resultado del pecado sino del servicio y el hecho de que te agotes o no, depende del lugar donde te aprovisiones.
Jesús le dijo a Pedro: Apacienta mis ovejas, pero no le dio nada con qué alimentarlas (Jn 21:17). El proceso de convertirte en pan partido y en vino derramado, significa que tú tienes que ser el alimento para otras personas hasta que ellas aprendan a alimentarse de Dios. Deben vaciarte hasta la última gota. Pero ten cuidado de reponer tus provisiones o, de lo contrario, muy pronto te encontrarás totalmente exhausto. Antes de que los otros aprendan a servirse directamente de la vida del Señor Jesús, tendrán que valerse de ella por medio de ti. Debes ser, literalmente, su fuente de provisión hasta que aprendan a nutrirse de ÉL. Le debemos a Dios ser los mejores para sus corderos y ovejas, al igual que para Él.
¿La forma en que le has estado sirviendo a Dios te ha llevado al agotamiento? Si es así, entonces renueva y reanima tus deseos y emociones. Examina tu motivación para el servicio. ¿Se origina en tu propio entendimiento o parte de la redención de Jesucristo? Reflexiona continuamente sobre el fundamento de tus afectos y tu amor y recuerda en dónde se encuentra la fuente de poder. No tienes derecho a decir: “¡Oh, Señor, estoy tan exhausto!» Él te salvó y te santificó para agotarte. Llega al agotamiento para Dios, pero recuerda que Él es tu provisión. «Todas mis fuentes están en ti», Sal 87:7.
Comentario
- Estar agotados espiritualmente del trabajo aparentemente infinito de alimentar a las personas que el Señor coloca en nuestro camino para servirles, habla claramente de que no hemos encontrado todavía la fuente inagotable. Singnifica que el resorte interior para nuestro servicio no es el deseo incansable de poner todo lo nuestro a órdenes de Dios, sino que dependemos de motivaciones egoístas.
- No necesitamos preguntar dónde se encuentra la fuente que nos renueva sin fallar. No son los reconocimientos, las recompensas o el aplauso de nuestra comunidad eclesiástica; no son las bendiciones que el Señor pueda darnos o no, tal como considere; es Jesucristo, el agua de vida. Si sentimos sed es porque todavía nos falta por descubrir quién es en cuyo servicio nos agotamos.
- Chambers hace la observación muy bíblica que agotarse por completo es parte inseparable de la vida cristiana porque siempre debemos que dedicarla a cumplir las funciones que son nuestras por idiosincrasia: cristianos se entregan como Cristo se entregó. Como dice una canción Antigua, muy hermosa: «Mejor que contar es vivir la vida de Cristo Jesús». Entonces, el Dios que no se fatiga, nos revivirá desde adentro.