Génesis 12:8
De allí se dirigió a la región montañosa que está al este de Betel, donde armó su campamento, teniendo a Betel al oeste y Hai al este. También en ese lugar erigió un altar al SEÑOR e invocó su nombre. (NVI)
Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el, y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová. (RV60)
La adoración consiste en darle a Dios lo mejor que Él te ha dado. Ten cuidado con la manera como utilizas lo mejor que posees. Siempre que recibas una bendición del Señor, devuélvela como una ofrenda de amor.
Toma tiempo para meditar delante de Él y ofrécele de vuelta su bendición, en un acto deliberado de adoración. Si la retienes, se volverá una podredumbre seca, como ocurrió con el maná cuando se acaparó (ver Éx 16:20). Dios nunca permitirá que te guardes completamente para ti una bendición espiritual. Debes devolvérla para que Él la convierta en una bendición para otras personas. Betel simboliza la comunión con Dios y Hai simboliza el mundo. Abram plantó su tienda entre las dos. El valor perdurable de nuestra actividad pública para Dios se mide por la profundidad de la intimidad de nuestros tiempos privados de comunión y unidad con Él. Nunca es correcto apresurarnos al entrar y salir de la adoración, pues siempre hay tiempo suficiente para adorar a Dios. Apartar algunos días para el reposo puede ser una trampa porque le resta valor a la necesidad de tener diariamente tiempos de quietud con Él. Por eso, debemos plantar nuestra tienda donde siempre contemos con el tiempo para la quietud con Él, sin importar los bulliciosos que puedan ser nuestros tiempos con el mundo. Existen tres niveles en la vida espiritual: adoración, espera, y trabajo. Sin embargo, algunos de nosotros parecemos saltar, como ranas espirituales, de la adoración a la espera, y de la espera al trabajo. La intención de Dios es que los tres vayan unidos, como un todo. En la vida de nuestro Señor siempre estuvieron juntos y en perfecta armonía. Esta es una disciplina que debemos desarrollar y que no se adquirirá de la noche a la mañana.
Comentario
- La promesa a Abraham era darle bendición para que pueda ser de bendición hasta lo ultimo de la Tierra. Acaparar las dádivas del Señor para sí -sean bienes, conocimientos, dones, o la salvación-, nos convierte en luces debajo de la mesa que no iluminan a nadie, ni a sí mismas.
- Según Chambers, tanto la adoración como la quietud de la espera como el tiempo de trabajo activo, son espirituales cuando se dedican a Dios. Y aunque son diferentes, no es bueno que los separemos en nuestro pensamiento y nuestra actuación. Cada uno de los tres debe influir sobre los demás, para una manifestación más excelente de nuestra espiritualidad.
- De allí …también. Una vez más, la conjunction griega de tres letras, kaí, juega un papel importante. Comunmente traducida como «y», al mismo tiempo tiene la connotación de «también». La version NVI lo toma en cuenta para establecer el context con el versículo anterior, donde leemos que Abraham erigió un altar al Señor. Ahora se movió a otro lugar, y también lo hace. No debemos pasar por alto esta enseñanza: el hombre de sacrifice a Dios en todo lugar.
Siempre que recibas una bendición del Señor, devuélvela como una ofrenda de amor.